En el marco de la teoría constructivista de Piaget, y en la propuesta de la reforma educativa integral de la educación media superior, la respuesta a esta interrogante no es tan sencilla, ni tan trivial. Menciono la corriente constructivista en virtud de que sustenta el enfoque por competencia planteado por la reforma en este nivel educativo. Preguntarme e intentar una respuesta en torno a: ¿Qué es el aprendizaje y cómo una persona aprende? ¿Qué son y cómo desarrollar las competencias? ¿Cómo y qué evaluar? Es indispensable para intentar una respuesta coherente y sustentada a tal interrogante.
Para que el estudiante aprenda requiere de ciertas condiciones, como son: 1) el interés por aprender algo; y 2) las posibilidades reales que tiene para acometer con éxito la tarea de construir un determinado conocimiento.
Para situar el aprendizaje afectivamente dentro del interés del estudiante, hemos de considerar al menos los tres tipos de interés que, según Habermas, promueven toda construcción del conocimiento y que tienen que ver con esta división paradigmática de la epistemología contemporánea: 1) el interés por controlar la realidad; 2) el interés por comprenderla de manera holística; y 3) el interés por transformarla o emanciparse a través de la acción de unas ciertas relaciones de poder.
Por ello. Debemos entender el aprendizaje con "h" intermedia: aprehendizaje. Ya Flavell, interpretando a Piaget, lo ha señalado con claridad: "la aprehensión de la realidad es siempre una construcción asimilativa efectuada por el sujeto tanto como una acomodación del sujeto.
El aprehendizaje, es más bien un proceso adaptativo mediante el cual, construyendo el conocimiento de la realidad, del mundo, el sujeto se construye a sí mismo como ser humano, siempre reorganizando -en todo momento- la propia estructura cognitiva desde donde continuará readaptándose indefinidamente a través de sus propios procesos de asimilación y acomodación, Así, al estar el sujeto construyéndose así mismo( el aprendizaje se asimila en el plano del ser), logra los llamados aprendizajes significativos al relacionar material nuevo y potencialmente significativo ( si esta situado en el contexto del estudiante) con ideas pertinentes de la estructura cognitiva del estudiante ( se integra a conocimientos anteriores).
En ese sentido, K. Rogers ha desprendido que la primera tarea del maestro es crear condiciones en el aula que no amenacen la estructura del sí-mismo del estudiante. Así lo expresa en su cuarta hipótesis: "La situación educativa que promueve más eficazmente un aprendizaje significativo es aquella en que 1) las amenazas al sí mismo del estudiante se reducen a un mínimo, y 2) se facilita la percepción diferenciada del campo de la experiencia".
Insiste Piaget, debemos asumir verdaderamente y hasta sus últimas consecuencias el principio constructivista de que los conocimientos no pre-existen como tales sino que son construidos en el momento de la acción misma. De modo que sería más propio hablar de una movilización de los esquemas de acción que de una movilización de conocimientos, ya que es la movilización de la organización de los esquemas -producida por los procesos de asimilación y acomodación que cada acción de adaptación implica indisociadamente- la que re-construye unos determinados conocimientos en pos de asimilar unos nuevos, desarrollando así, al fin, una nueva competencia. Por lo tanto, para lograr que el estudiante desarrolle las competencias que demanda la sociedad actual, debe enfrentar situaciones problemáticas, mezclando viejos conocimientos, reorganizando esquemas de acción (nuevas prácticas), e integrando los nuevos conocimientos. Por ello, la importancia de diseñar estrategias docentes adecuadas, a partir de problemas del contexto socioeducativo (aprendizaje situado) lo que Piaget. Denomina (Organización de esquemas.)
Así, muy a propósito del desarrollo de competencias y justo en esos términos en los que se entiende que Saber conocer y saber hacer resuelven la tarea humana de saber el qué y el cómo, pero de ninguna manera alcanzan para resolver social y éticamente el con quién y el para qué. Para ello, se necesita –en palabras de Delors- saber convivir y saber ser.
En ese sentido, no es tan sencillo, definir solo unos cuántos contenidos y que el docente confunda la evaluación con una simple medición, no, la evaluación es mucho más compleja e integral; en líneas anteriores a quedado demostrado que el proceso educativo-formativo de las personas va mas allá de un saber – hacer, es un individuo que aspira en convertirse en persona -saber ser- y que a su vez tiene expectativas, necesidades, intereses, etc. Por ello, retomando la intencionalidad de esta especialización, el docente debe saber con quién esta tratando (diagnóstico socioeducativo) y posteriormente realizar su planeación con la ilusión de que el estudiante logre aprendizajes significativos y que en base a ellos, se siga transformando así mismo y a la realidad que le rodea.
Trascender el término de competencia al mundo del trabajo y de la economía, es indispensable para no formar individuos acríticos y deshumanizados, por ello, especial atención debemos tener para el desarrollo de las competencias genéricas en nuestras estrategias educativas, el fin último de todo proceso educativo, creo es formar individuos que logren un sentido existencial, con deseos de trascender y aprender permanentemente; y aunque suene quizás a romanticismo que logre el bien ser y la felicidad.
Saludos.