Agmoci_Mi confrontación con la docencia.
Estudie la carrera de licenciado en pedagogía por influencia de mi madre, ejemplo a seguir de mi parte, ella, en su gran respeto y consideración por los profesores, quería que uno de sus 7 hijos fuese maestro, y bueno, ese hijo dedicado a la docencia fui yo. En virtud de ello, desde hace 24 años ejerzo esta interesante actividad. Siempre he trabajado en el nivel medio superior, para el subsistema tecnológico agropecuario, como es del conocimiento vuestro este tipo de instituciones están generalmente ubicadas en las zonas rurales del país, ofreciendo sus servicios educativos a los hijos de campesinos, esa creo que es una de sus principales fortalezas.
Cuando me inicié en las clases me preocupaba mucho la disciplina del grupo y cumplir los programas de estudio asignados, de manera que casi nunca permitía que los estudiantes abordarán otro tipo de contenidos que no estuvieran en el programa, los consideraba pérdida de tiempo, no entendía muy bien la forma de pensar de los alumnos y tenia dificultades para adecuar mi lenguaje al suyo para explicar los temas, todo eso me causaba cierta angustia, con el paso del tiempo y con mas experiencia fui descubriendo otras teorías pedagógicas, otras técnicas grupales, algo de la psicología del adolescente, etc. Con ello, fui mejorando la manera de interactuar con los estudiantes y la manera de impartir la cátedra, hoy en día sigo aprendiendo y mejorando.
Aprovecho este espacio para comentar algo que considero importante y que de una u otra manera influye en nuestro quehacer profesional. En nuestro país cada sexenio cree tener la respuesta a los problemas nacionales sobre educación e inicia su “revolución educativa” en ocasiones sin un proyecto claramente definido y menos entendido por los profesores, entiéndase “por mi” y caí en una actitud de escepticismo, de enojo al observar que eran discursos vacíos carentes de voluntad política para llevarlos a cabo, y el sistema educativo aún con sus revoluciones continuaba en el abandono. Por ello, hace varios años tome la decisión de que al margen de esa vicisitudes y para evitar amarguras, en el marco de mis competencias y posibilidades haría mi mejor esfuerzo optimizando con los recursos disponibles para que las clases y actividades bajo mi responsabilidad fuesen lo mas profesional posible. La verdad fue la mejor decisión que pude haber tomado.
En ese sentido, ser docente en el subsistema tecnológico agropecuario ha sido una oportunidad y un compromiso no exento de sinsabores para orientar, apoyar a los jóvenes para que re-formulen su proyecto de vida y de esa manera, tengan la posibilidad de una movilidad social.
Estudie la carrera de licenciado en pedagogía por influencia de mi madre, ejemplo a seguir de mi parte, ella, en su gran respeto y consideración por los profesores, quería que uno de sus 7 hijos fuese maestro, y bueno, ese hijo dedicado a la docencia fui yo. En virtud de ello, desde hace 24 años ejerzo esta interesante actividad. Siempre he trabajado en el nivel medio superior, para el subsistema tecnológico agropecuario, como es del conocimiento vuestro este tipo de instituciones están generalmente ubicadas en las zonas rurales del país, ofreciendo sus servicios educativos a los hijos de campesinos, esa creo que es una de sus principales fortalezas.
Cuando me inicié en las clases me preocupaba mucho la disciplina del grupo y cumplir los programas de estudio asignados, de manera que casi nunca permitía que los estudiantes abordarán otro tipo de contenidos que no estuvieran en el programa, los consideraba pérdida de tiempo, no entendía muy bien la forma de pensar de los alumnos y tenia dificultades para adecuar mi lenguaje al suyo para explicar los temas, todo eso me causaba cierta angustia, con el paso del tiempo y con mas experiencia fui descubriendo otras teorías pedagógicas, otras técnicas grupales, algo de la psicología del adolescente, etc. Con ello, fui mejorando la manera de interactuar con los estudiantes y la manera de impartir la cátedra, hoy en día sigo aprendiendo y mejorando.
Aprovecho este espacio para comentar algo que considero importante y que de una u otra manera influye en nuestro quehacer profesional. En nuestro país cada sexenio cree tener la respuesta a los problemas nacionales sobre educación e inicia su “revolución educativa” en ocasiones sin un proyecto claramente definido y menos entendido por los profesores, entiéndase “por mi” y caí en una actitud de escepticismo, de enojo al observar que eran discursos vacíos carentes de voluntad política para llevarlos a cabo, y el sistema educativo aún con sus revoluciones continuaba en el abandono. Por ello, hace varios años tome la decisión de que al margen de esa vicisitudes y para evitar amarguras, en el marco de mis competencias y posibilidades haría mi mejor esfuerzo optimizando con los recursos disponibles para que las clases y actividades bajo mi responsabilidad fuesen lo mas profesional posible. La verdad fue la mejor decisión que pude haber tomado.
En ese sentido, ser docente en el subsistema tecnológico agropecuario ha sido una oportunidad y un compromiso no exento de sinsabores para orientar, apoyar a los jóvenes para que re-formulen su proyecto de vida y de esa manera, tengan la posibilidad de una movilidad social.
2 comentarios:
Hola Maestro:
Al igual que usted, al inicio de mi carrera como docente, también estoy preocupado por la disciplina y el contenido del programa aunque sigo considerando que es un estira y afloje la relación que conservo con mi alumnos ya que hay que interactuar con ellos y brindarles confianza para su mejor desempeño, pero también hay que rescatar los valores como la responsabilidad, el respeto y la prudencia, cosa que infiere en una metodología un tanto tradicionalista, que por supuesto apoyo hasta cierto punto. Creo en que la mejora continua como maestros nos hace mejores hombres y las consecuencias que acarrea, admirable de 7 hermanos la influencia de sus padres y la corresponsabilidad de parte suya. Saludos.
!Hola¡ Alfredo.
Muy amable por su comentario.
Un abrazo.
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